Parece una excentricidad de famosos, pero tener un cerdo de mascota, al estilo de George Clooney, o compartir la infancia con una oveja o una cabra resulta que reduce el riesgo de desarrollar en la juventud la enfermedad de Crohn, un trastorno autoinmune que provoca la inflamación de los intestinos y cuyo origen se desconoce.
Investigadores de la Universidad Ludwig-Maximilians de Munich y del Instituto alemán de Medicina Ambiental, han demostrado, por primera vez, que los niños que viven con algún animal de granja, especialmente durante el primer año de vida, tienen menos posibilidades de sufrir la enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa. Hasta ahora, sólo se había comprobado que estos animales protegen a los pequeños de las alergias respiratorias.
Esta relación positiva y el hecho de que haya aumentado la incidencia de esta patología en los países industrializados llevan a los autores a sugerir que "los factores ambientales parecen jugar un papel importante en esta enfermedad".
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