domingo, 8 de febrero de 2009

PERRO ( Pueblo, de Azorín 1946)



"Yo, en mi afán de hacer algo por el ideal, cavilaba y tornaba a cavilar; no se me ocurría lo que yo podría hacer en pro de mis ideas de renovación y en contra de una sociedad basada en la injusticia y en la tiranía. La catedral no me preocupaba; algunas veces entraba en la catedral; pero el azotaperros o pertiguero no me arrojaba violentamente, como lo hacía con los demás perros; me antecogía con cariño y me iba llevando hacia la puerta. El gobierno civil tampoco era el objeto de mis preocupaciones. Un gobierno u otro gobierno en la capital de la nación, todo era lo mismo; todo era autoridad. La raíz del mal estaba en otra parte; yo lo sabía, y por eso meditaba otra cosa. Un día.... ¿Qué creerá usted que hice? Pues un día entré en un gran edificio, y sin que me vierna nadie comencé a orinar. Sí, señor; me oriné en lo que yo creía era el origen de todo el mal social; Me oriné en la sucursal del Banco de España. El capital, eso es lo que hay que atacar. Yo, al orinarme en la sucursal del Banco de España, realizaba el acto más revolucionario que podía realizar. Se lo dije a otros perros que tenían las mismas ideas que yo, todos me felicitaron y quisieron hacer lo mismo..."

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