Volver a la normalidad, con la melancolía de las vacaciones, y aún con el susurro del Fado en mis oídos, el sabor del Bacalao en mis papilas gustativas, la puesta de sol de Porto en mi retina, o el tacto de las piedras de la playa atlántica de Amorosa en mis dedos, me transporta a ese viaje intenso que tardaré en olvidar... Lo peor me lo callo, porque también hubo intensidades.
La mitad de nuestros errores en la vida, vienen del hecho de que nos dejamos llevar por los sentimientos cuando deberiamos razonar, o de que razonamos, cuando deberiamos dejarnos llevar por los sentimientos
lunes, 15 de septiembre de 2008
Ya estamos aquí...
Volver a la normalidad, con la melancolía de las vacaciones, y aún con el susurro del Fado en mis oídos, el sabor del Bacalao en mis papilas gustativas, la puesta de sol de Porto en mi retina, o el tacto de las piedras de la playa atlántica de Amorosa en mis dedos, me transporta a ese viaje intenso que tardaré en olvidar... Lo peor me lo callo, porque también hubo intensidades.
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